Ante la probabilidad de la disminución de una persona o grupo de personas para prever, hacer frente y en su caso, reponerse de los efectos de un peligro natural o de origen antropogénico, las instalaciones y sistemas de seguridad de un proyecto, o bien, de una organización, deben detectar de manera oportuna las fortalezas y debilidades en torno a contrarrestar amenazas a las que se están expuestos. Es a través de la detección peligros, vulnerabilidades, riesgos y la valoración y probabilidad de la ocurrencia de estos, que se podrán establecer acciones correctivas y conocer las maneras más efectivas de contrarrestar y actuar ente estos escenarios.
Entre los beneficios de llevar a cabo de manera rutinaria este proceso de identificación y valoración, de riesgos, es un cambio de cultura y toma de acciones, lo cual permitirá una menor incertidumbre ante eventos no deseados que mermen la productividad, así como aquellos que ponen en riesgo la salud y seguridad de los integrantes de la organización.