Ventajas de la responsabilidad social

El cambio climático, acelerados cambios sociales y una conciencia ambiental cada vez más sólida entre la población, han logrado que la ciudadanía organizada exija a gobiernos de los tres niveles, grandes corporativos y a empresas de todos los tamaños que asuman su responsabilidad por los impactos directos e indirectos que sus acciones causan a la ecología y a la sociedad en general. No es una exigencia unidireccional toda vez que en la última década emergen empresas que adoptan mecanismos en materia de responsabilidad social, no sólo en su entorno inmediato o con la comunidad en la que se emplazan, sino también a su interior y en el encadenamiento productivo del cual forman parte. En este sentido, en un entorno globalizado, la responsabilidad social representa un nuevo sistema de gestión para las empresas.

La responsabilidad social empresarial puede ser definida como la aportación constante de acciones encaminadas a fortalecer positivamente el entramado social, ambiental y económico en el que se emplaza una empresa de cualquier tamaño con el objetivo de consolidar su competitividad, potenciar su cadena de valor y generar e integrar valor agregado a los productos o servicios que oferta.

La iniciativa de la Organización Naciones Unidas (ONU) “Pacto Global” define responsabilidad social como el “desarrollo de las actividades de la empresa, asumiendo la responsabilidad de los impactos que genera, creando con ello valor para sus accionistas y la sociedad a través del empleo de buenas prácticas”. El Pacto Global de la ONU es la iniciativa por la sostenibilidad corporativa más grande del mundo y representa la mayor iniciativa voluntaria de responsabilidad social empresarial a la cual están adheridas 9,500 empresas y 3,000 signatarios no empresariales con sede en más de 160 países y 70 redes locales. Su objetivo es transformar el mercado global, potenciando un sector privado sostenible y responsable con base en 10 principios integrados a cuatro áreas: Derechos Humanos, Estándares Laborales, Medio Ambiente y Lucha contra la Corrupción.

Por su parte, las Líneas Directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para Empresas Multinacionales definen principios y estándares que buscan garantizar que las operaciones de las empresas multinacionales: se desarrollen en armonía con las políticas públicas, fortalezcan la confianza entre empresa y sociedad, mejoren el clima para la inversión extranjera, y aumente la contribución de las empresas multinacionales al desarrollo sostenible: “son recomendaciones dirigidas por los gobiernos a las empresas multinacionales. Enuncian principios y normas voluntarias para una conducta empresarial responsable compatible con las legislaciones aplicables. La vocación de las Directrices es garantizar que las actividades de esas empresas se desarrollen en armonía con las políticas públicas, fortalecer la base de confianza mutua entre las empresas y las sociedades en las que desarrollan su actividad, contribuir a mejorar el clima para la inversión extranjera y potenciar la contribución de las empresas multinacionales al desarrollo sostenible”.

Tanto la Iniciativa de la ONU como las Directrices de la OCDE resaltan el hecho de que el bienestar social es una tarea de empresas de todos los tamaños, multinacionales y corporativos por lo que es posible afirmar que la responsabilidad social transita de una actividad asociada estrictamente a la filantropía a un componente central de la estrategia empresarial encaminada a la construcción de una nueva cultura corporativa. Así postulada, la responsabilidad social apunta hacia nuevas formas de desarrollo productivo tendientes a fomentar el crecimiento económico en un marco de sostenibilidad.

La responsabilidad social representa ventajas competitivas para las empresas que la adoptan en sus procesos toda vez que aquellas que establecen relaciones con otras organizaciones, proveedores y/o distribuidores que sostienen su negocio en la responsabilidad social, fortalecen la cadena de valor y obtienen mayores ingresos, pero, sobre todo, mejoran su reputación corporativa empresarial, afianzan sus relaciones institucionales y consolidan su credibilidad ante la sociedad.

En suma, las empresas socialmente responsables incrementan su valor comercial financiero, generan beneficios tangibles para la sociedad y el medio ambiente y, simultáneamente, mejoran sus ventajas competitivas que las posibilita a asumir una mejor posición en los mercados. Adoptar un enfoque de la responsabilidad social en todos los niveles evita externalidades ambientales, legales, financieros y, sobre todo, sociales. Algunas ventajas son las siguientes:

• La empresa socialmente responsable se distingue de la competencia
• Mejora las ventajas competitivas de una empresa
• Consolida la reputación de una empresa
• Fortalece la confianza entre empresa, organizaciones y habitantes en general
• Genera valor compartido en el encadenamiento productivo
• Clientes leales
• Atrae a los consumidores
• Mejora al medio ambiente
• Clima laboral óptimo
• Retiene al talento humano

Mtro. Víctor Clavel Ponce